Álex Hijo

 

  Las clases con Mario son algo más que las típicas clases de guitarra. Primero porque él no es un profesor al uso, y segundo porque no son clases nada encorsetadas. Mario sabe utilizar muy bien la psicología para sacar lo mejor de ti, no permite que pongas excusas ni que te ampares en tus limitaciones, porque siempre hay un camino por el que escapar.

 Para los que no sabemos leer partituras estas clases son perfectas porque te enseña a escuchar –primero escucha, ya tendrás tiempo de tocar, me repetía todas las tardes. Te hace ver que con un par de reglas básicas se puede construir todo un mundo de sonoridades y de armonías. Y ese es el mayor descubrimiento que he hecho en 16 años tocando la guitarra.

 Pero lo mejor de todo es que son clases muy, muy dinámicas, no hay un guión, puedes estar tocando una canción de James Brown y de repente uno de sus acordes te lleva hasta el “heart of gold” de Neil Young. Esto es algo que me parece positivo, tocar, tocar y tocar. Y así, poco a poco y tarde tras tarde, vas notando una mejoría que ni siquiera acertabas a adivinar al sacar por primera vez la guitarra delante de él.

 Su primera pregunta fue “¿qué quieres conseguir con las clases?”. Cuando le respondí me pidió que tocara algo, lo que quisiera. En ese momento adivinó lo que yo quería, captó lo que necesitaba y se puso manos a la obra. No le puedo estar más agradecido.

 Álex, Madrid


SpotifyInstagram